En la era del boom de las redes sociales, donde prácticamente todo el mundo participa activamente en alguna plataforma digital, el término “influencer” ha emergido como una figura central. Estos individuos, ya sea por su estilo de vida, conocimientos especializados o carisma, han logrado captar la atención y la lealtad de una audiencia considerable en entornos virtuales. En este contexto, este artículo explorará cómo los influencers pueden salvaguardar sus actividades en este competitivo espacio, destacando la importancia de estrategias inteligentes relacionadas con la propiedad intelectual, la adhesión a la legislación vigente y el respeto a los derechos de terceros.
La protección comienza con la marca, registrar el nombre específico bajo el cual un influencer opera es crucial. Esto asegura que todas las actividades asociadas con ese nombre pertenezcan exclusivamente al titular registrado. Esta medida evita que otros se aprovechen de la fama del influencer. En un mundo donde la reputación digital es valiosa, el registro de marca proporciona seguridad y exclusividad.
Los influencers son creadores de contenido, y ese contenido está protegido por derechos de propiedad intelectual. Desde videos y fotografías hasta textos y composiciones musicales, el influencer tiene el control sobre estas obras. Es vital obtener permisos para utilizar este contenido y, al subirlo a las plataformas, leer y comprender los términos y condiciones para evitar cesiones no deseadas de derechos.
El mundo digital no exime a nadie de las leyes vigentes. Los influencers deben respetar la legislación en todas sus actividades. Desde el cumplimiento de normativas de publicidad hasta evitar injurias y calumnias, la legalidad y la ética son fundamentales. La publicidad encubierta, por ejemplo, puede tener consecuencias graves y está sujeta a regulaciones específicas, como el Código de Conducta sobre el uso de influencers en la publicidad.
El respeto a los derechos al honor, a la intimidad y a la imagen de terceros es esencial. Los influencers deben ser conscientes de las restricciones legales al divulgar información privada y respetar la normativa sobre protección de datos personales para evitar consecuencias legales y daños a la reputación.
La creación de contenido no debe infringir los derechos de propiedad intelectual de otros. Obtener autorización para utilizar obras ajenas es esencial. Un influencer no tiene derecho automático sobre obras en las que aparece y debe evitar la utilización no autorizada de fotografías u otros contenidos.
Los influencers y sus colaboradores deben entender que la responsabilidad es compartida. Las prácticas ilícitas pueden afectar tanto al influencer como a los anunciantes. La seguridad jurídica se logra cuando ambas partes siguen las pautas y consejos legales proporcionados.
La creatividad es el mayor activo de un influencer, y su trabajo debe estar legalmente protegido. Desde el registro de marca hasta el respeto a la legislación y los derechos de terceros, la seguridad jurídica es esencial para mantener la integridad de la marca personal en el competitivo mundo digital. La influencia efectiva se construye sobre cimientos legales sólidos.
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